Como todos sabemos, tomar la decisión de ingresar a nuestros familiares en una residencia no es tarea fácil. Esta situación crea en numerosas ocasiones cuadros de estrés tanto en el nuevo residente como en sus familiares más cercanos. Con el ingreso se producen una serie de cambios en los hábitos y rutinas diarias por lo que se pueden producir episodios de ansiedad y desorientación que los profesionales del centro intentarán prevenir o paliar lo antes posible.
No obstante, el equipo profesional de la Residencia San Luis Gonzaga es consciente de los cambios que suponen para el mayor el ingreso en una institución por lo que implantan programas de adaptación donde el seguimiento de la persona es más intenso durante los primeros meses. Lo importante es minimizar el efecto del cambio. Para ello, se vigila más a los nuevos residentes con el objetivo de observar su convivencia y adaptación al centro y a sus compañeros. Así pues, también se da respuesta a todas las dudas que le puedan surgir a lo largo del día.
El papel de la familia también es fundamental en estos primeros meses de adaptación. Se aconseja que el número de visitas sean frecuentes. Se trata de crear lazos y relaciones entre familia-usuario e institución que tengan como principal objetivo el bienestar del residente y una mejor calidad de vida.
Poco a poco se irá introduciendo al nuevo residente en las actividades del centro. Se creará un Plan de Atención Individualizado (PAI) donde se analizará su situación y se establecerá una serie de objetivos por parte de todos los profesionales que componen el equipo. Éstos intentarán motivar al residente para que participe activamente en las actividades y talleres programados ya que a más participación mayor integración y mayor bienestar físico y psíquico. Así mismo, según vayan pasando los días, el residente irá creando un vínculo mayor con el personal más directo, cuidadores y personal sanitario, así como con sus compañeros.
Periódicamente, el equipo profesional de la residencia revisará y evaluará la integración del residente. El objetivo principal sería conseguir su plena integración al centro lo antes posible. Se puede hablar de adaptación cuando el residente empieza a considerar la residencia como su casa y a crear vínculos sociales y afectivos. Con la integración del mayor a nuestra residencia se pondría fin al programa de adaptación.