Cristina Rabadán se ha incorporado recientemente al equipo profesional de la Residencia San Luis Gonzaga. Es Graduada en Psicología por la Universidad Rey Juan Carlos y realizó sus prácticas en el ámbito clínico (centros de salud mental, alimentación y centros de día). Extrovertida, alegre y siempre cercana, ha tenido la deferencia de concedernos hoy unos minutos de su tiempo para saber más de ella y de su trabajo en el centro.
- ¿Qué te motivó a estudiar psicología?
A mi parecer la Psicología está presente en todos los ámbitos de nuestra vida diaria, y como tal, ejercerla forma parte de desarrollar el sentido común, la simpatía, la empatía y el agradecimiento. Por ello, y mi carácter personal, creí que eran los estudios que mayor satisfacción me podrían aportar al ejercer de ello.
- A tu criterio ¿Cuáles son las cualidades y condiciones que debe poseer un buen psicólogo?
Como he comentado anteriormente la Psicología son cualidades transformadas en hechos y actividades cotidianas, un buen psicólogo debe poseer una buena psicología interior, debe ser empático, saber controlar sus emociones, mostrar refuerzos en todo su entorno, entre otras muchas cualidades. La positividad es el punto clave, y por supuesto «querer hacer».
- La psicología es una profesión en la que existe una gran variedad de colectivos con los que trabajar ¿Por qué decidiste hacerlo con personas mayores?
Nuestros mayores son toda la sabiduría, delicadeza, cariño y fuerza, y que mejor forma de sentirse realizada que poder dedicar el día a día a esas cuatro cualidades personificadas. No todo son rosas en este ámbito, pero las sonrisas que regalan a cambio de un poco de psicología son inmensas.
- Hace relativamente poco que te incorporaste al puesto ¿Te has adaptado bien a la dinámica del centro?
En realidad hace muy poco, pero la dinámica de trabajo es absolutamente atrayente en mi caso, el contacto continuo con este colectivo y la variedad de actividades que ejerzo lo vuelven muy motivante.
- ¿En qué consiste tu día a día en la residencia?
Principalmente, mi propósito consiste en incentivar y aportar la mayor satisfacción dentro del centro para los residentes a través de distintas terapias programadas especialmente para ellos, teniendo en cuenta su situación cognitiva.
Tengo contacto continuo y seguimientos periódicos con los residentes, además realizo evaluaciones a los nuevos ingresos y fomento la integración de los mayores en diversas actividades socio-cognitivas. También facilito información sobre el estado psicológico de los residentes a sus familiares.
- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Hay algo que te guste menos o que encuentres una mayor dificultad?
Que sean personas mayores aumenta el aprendizaje que aportan en cada momento, por ello, lo más bonito es el contacto directo, escuchar atentamente sus historias, recuerdos, sentimientos y sus deseos.
Si tuviera que decir cuál es la parte más difícil del trabajo con personas mayores, podría decir que quizá la gran variedad de diferencias que se encuentran entre cada uno de los residentes, porque no hay dos personas iguales, y el diferente desarrollo que se produce a lo largo del tiempo en las personas, en estas edades es mucho más marcado. Por ello, la psicología con cada uno de ellos debe ser lo más individualizada posible, y esto implica una gran cantidad de dedicación y conocimiento de la persona.
- ¿Cómo es la relación que tienes con los residentes? ¿Y con el equipo profesional?
La relación con los residentes es muy buena, la aceptación al reciente cambio de psicóloga ha sido sorprendente. Todos ellos se muestran agradables y receptivos, al igual que los compañeros, quienes muestran y ofrecen su ayuda en cualquier momento, lo que favorece mi integración y el desarrollo de un trabajo más cohesionado y de mayor calidad.
- ¿Te gustaría añadir algo a la entrevista?
Dar las gracias por la oportunidad de expresar como es este trabajo, la psicología con personas mayores, y mi contacto con esta institución.
¡Gracias a ti Cristina!