Durante la semana hemos ido publicando en nuestro Facebook Residencia San Luis Gonzaga algunos de los motivos por los que una persona decide ingresar a su familiar en una residencia. Ni que decir tiene que la decisión última la debe tomar la persona que va a ingresar en el centro ya que no puede entrar contra su voluntad, se incurriría en un delito de detención ilegal. No obstante, en los casos en que la persona, debido a alguna enfermedad, haya perdido su capacidad de autogobierno y esté incapacitada judicialmente, será su tutor legal el que decidirá el ingreso teniendo en cuenta el bienestar de esa persona.
Si bien es cierto, no nos vamos a engañar, que en la decisión interviene en gran medida la opinión de la familia más cercana ya que muchas veces el mayor vive solo o se encuentra en un estadio avanzado de su enfermedad y no es consciente de sus limitaciones poniendo en peligro su integridad y seguridad día a día en el domicilio. Es por ello, que cuando nos visitan los hijos, sobrinos, nietos, etc., para informarse y ver las instalaciones, siempre animamos a que antes de tomar una decisión la persona que va a ingresar venga a ver la residencia ya que puede que le de una visión diferente a lo que piensa que es un centro gerontológico y se quedará mucho más tranquila. A veces esta visita se hace imposible debido a su estado de salud es por ello que a las familias les sugerimos que entren en nuestra web y redes sociales y les enseñen a los futuros residentes fotografías de nuestras instalaciones. También es importante que les trasladen toda la información facilitada en la visita sobre atención medico-sanitaria, actividades, profesionales, comidas, horarios de visitas, etc.
El equipo profesional de la Residencia San Luis Gonzaga es consciente de los cambios que suponen para el mayor el ingreso en una institución por lo que inmediatamente a su ingreso se implanta un programa de adaptación donde el seguimiento de la persona es más intenso durante los primeros meses. Lo importante es minimizar el efecto del cambio. Para ello, se vigila más a los nuevos residentes con el objetivo de observar su convivencia y adaptación al centro y a sus compañeros.
Pero volviendo a lo anterior, a la decisión de ingresar ¿qué nos puede hacer decidir sobre ello?
Seguro que encuentras más motivos a los anteriormente expuestos pero la decisión aún así se torna difícil de tomar. Piensa que del mismo modo que una persona ingresa en un hospital para recibir las atenciones sanitarias que son imposibles de prestar en su casa, tu familiar ingresa en una residencia de mayores porque su estado de dependencia se ha ido agravando y requiere ser atendido por un equipo profesional, en un entorno que esté adaptado y equipado especialmente para atender a personas con distintos grados de dependencia. La salud y la seguridad de la persona mayor se debe anteponer a cualquier sentimiento de culpa, por difícil que sea.