Hay enfermedades musculoesqueléticas, neurológicas, cardiovasculares, pulmonares, etc., que producen en la persona que las padece inmovilidad física. Ello provoca que la persona afectada pierda calidad de vida y que necesite la ayuda de un/a cuidador/a para desarrollar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD).
La inmovilidad puede haber sido resultado de un deterioro progresivo en el que la persona pierde poco a poco el movimiento, como por ejemplo en el caso de enfermedades osteoartrósica, o bien ser resultado de un episodio abrupto, como es el caso de infartos vasculares o traumatismos incapacitantes.
Una vez que existe esta inmovilidad, la persona se convierte en dependiente para todas o algunas actividades como es la de vestirse. Aquí juega un papel fundamental, en el caso de nuestra residencia, la ayuda que ejerce el equipo de gerocultores a los/as residentes que la sufren. No obstante, uno de los objetivos principales que tiene todo el equipo de San Luis Gonzaga es que el/la residente no se convierta en más dependiente de lo que es por lo que en todo momento se fomenta su autonomía y que no pierda las facultades que conserva. Es por ello, que si un residente puede ponerse por sí mismo ciertas prendas de ropa se anime a ello dejando solo la ayuda de gerocultores a las tareas que no puede realizar como por ejemplo abrocharle los zapatos.
Respecto a las prendas, se aconseja a la familia que los botones los sustituyan por tiras de velcro para que el residente pueda abrocharse sin ningún problema. También se recomienda que las prendas sean elásticas y holgadas para facilitar la actividad de vestirse. A la hora de ponerse las prendas siempre hay que empezar por la extremidad afectada y al desvestirse, se hará al revés. Además, no hay que olvidar que existen ayudas técnicas que nos facilitan la tarea de vestirnos como son por ejemplo los calzadores con mangos extralargos, ideales para personas que no pueden agacharse, y que se pueden adquirir en cualquier tienda de ortopedia.
10 CONSEJOS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE VESTIR
- Hay que fomentar la autonomía de la persona.
- Siempre hay que respetar la intimidad.
- La habitación debe estar a una temperatura adecuada.
- Se debe tomar suficiente tiempo para realizar la tarea de vestirse. No hay que generar prisas ni estrés.
- Se aconseja empezar por la parte inferior del cuerpo y por la parte afectada.
- Se aconseja que los pantalones, prótesis y zapatos estén colocados antes de ponerse de pie o trasladarse a una silla de ruedas.
- Las prendas deben ser holgadas y flexibles, preferiblemente sin botones.
- La ropa debe estar siempre limpia para que la persona se vea con buen aspecto, ello aumenta su autoestima.
- Hay que evitar cordones. Es preferible usar zapatos sin cordones o con velcro y con suela de goma.
- La secuencia en el vestido debe ser siempre la misma para crear rutina.